Los surfistas tenían razón: la ciencia corrobora la relación entre el viento y las olas.

Científicos del Scripps Institution of Oceanography de la UC San Diego y varios colegas han confirmado que el viento offshore, que sopla de tierra hacia el mar, influye favorablemente en la creación de olas en forma de tubo para los surfistas más avanzados. Por el contrario, el viento onshore, que sopla desde el mar hacia la tierra, contribuye a que la ola se derrumbe y la espuma cope las olas, creando peores olas para el surfing con menos turbulencias. En otras palabras, los vientos en la orilla cambian la distribución de la presión en la superficie de la ola, cambiando su forma a medida que rompe.

Más allá de lo que todo esto significa para los surfistas, la fuerza y dirección del viento es importante para los científicos en términos de cómo influye en la física del océano cerca de la costa. El viento influye en cómo se generan las olas, cómo rompen y, por lo tanto, en cómo queda la arena del fondo bajo las rompientes, influyendo en el efecto que las olas tienen sobre las playas y las zonas de surf.

Los modelos de olas hasta la fecha no incluían los efectos del viento, pero esta investigación ha sido posible gracias a la piscina de olas de Kelly Slater, que ofrece un entorno controlado y de repetición de las condiciones. Para ello, se han utilizado cámaras, drones, tecnología LIDAR y herramientas para medir dirección y fuerza del viento.

Según Falk Feddersen, oceanógrafo del centro, que dirigió el estudio, “Los surfistas sabían que el viento en alta mar era mejor que en la orilla, pero es algo que se sabe en el surf, no había estudios que lo hubieran investigado científicamente”.

El análisis, que aparece en el Journal of Fluid Mechanics, está realizado en colaboración con científicos de la Universidad del Sur de California, El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, la Universidad de Carolina del Norte en Wilmington, los científicos de la World Surf League y de Kelly Slater Wave Company.