La final del Surf Ranch Pro entre Italo Ferreira y Griffin Colapinto estuvo ajustada, y aunque el estadounidense ganó por un margen pequeño, Gabriel Medina aprovechó para soltar una bomba en redes sociales. En su comunicado, el surfista brasileño cargó contra las valoraciones de los jueces, afirmando que “está bastante claro que los jueces recompensan ahora el surfing muy simple, dejando de lado los giros críticos en secciones críticas”. Medina vaticina que esto es algo “frustrante, que estanca al deporte”, y que “los fans y los patrocinadores no aceptarán que esto continúe y en un futuro cercano se retirarán”.
Italo Ferreira, afectado en este caso particular, también habló de su surfing en un post afrimando que “La fuerza es nuestra. La misma que tiene mi mirada. Y siempre estará presente de la manera más positiva posible. El objetivo es el desarrollo, el progreso. Y nada se interpondrá en este camino. Si tienes duda, mira mis ojos”.
Incluso el vigente campeón del mundo, Filipe Toledo, se unió a las quejas contra la World Surf League. Toledo fue mucho más duro que Ferreira y Medina, afirmando que está “cansado, psicológicamente agotado” tras “un largo día de reflexiones, análisis, noticias y argumentos”. El surfista brasileño exige que se le escuche y respeta, ya que “somos los protagonistas de todo esto”.
La World Surf League emitió un comunicado en respuesta a estas quejas, defendiendo la justicia e integridad de sus jueces y su sistema de valoración. La liga destaca que “los competidores reciben los criterios cada día antes de la competición en función de las condiciones”, incluyendo el Surf Ranch Pro donde los surfitas conocían los criterios antes incluso de los entrenos. Aunque la WSL reconoce que el surf es un deporte subjetivo, pide “un debate constructivo sobre la evolución de nuestro deporte”.
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